Respiramos unas veinte mil veces al día. Por supuesto que ni siquiera pensamos en cómo lo hacemos. Pero la gran sorpresa es que, aunque parezca imposible, muchos lo hacemos mal. Muy mal ¿Por qué? Pues resulta que somos una inmensa mayoría los que solo utilizamos el 30% de nuestra capacidad respiratoria.

a través de Respiras mal y no lo sabes — AUTOCONOCIMIENTO INTEGRAL

El Arte de Soltar

En estos días de viaje hacia tierras del interior, esas tierras denominadas actualmente como parte de esa España «vaciada», benditamente «vaciadas» de contaminación, ruidos y estrés, he tenido alguna reflexión que me gustaría compartir.

Paseando por un camino cercano al pueblo, disfrutando de los colores del otoño pintados en las hojas de los olmos (pese a este cambio climático que hace que a estas alturas de octubre haga tanto calor), me senté en un banco y pensé (de vez en cuando lo hago).

El otoño es la época en que los árboles de hoja caduca sueltan las hojas secas y anuncian el comienzo del invierno, y en una similitud, (un poco manida es cierto) con el ser humano, es la época de soltar todo lo gastado y viejo que ya no sirve, para plantar las semillas en el invierno, que florecerán en primavera.

Observando a los árboles en su sabiduría ancestral, me he dado cuenta que el árbol tiene que querer soltar la hoja, dejando de llevar savia a la misma, pero observé que la hoja solo caía si había una brisa que la empujara a hacerlo, para mí, esa brisa es la vida misma, que aunque a veces no queramos soltar las hojas, nos da ese «empujoncito» que nos hace falta para terminar el ciclo.

Déjate mecer por la brisa y suelta las hojas que ya no te hacen falta, para afrontar el invierno limpio para gestar los nuevos brotes que la primavera hará evidentes en tu vida.